Al seleccionar productos de almacenamiento de energía, las empresas deben considerar varios factores, incluida el tipo de tecnología, los requisitos de capacidad y las capacidades de integración. Las tecnologías clave incluyen baterías de litio-íon, que ofrecen alta densidad de energía y eficiencia, y baterías de flujo, conocidas por su escalabilidad y longevidad. Comprender sus necesidades específicas de energía, como la gestión de la demanda pico o la energía de respaldo, lo guiará en la elección de la solución adecuada. Además, las opciones de personalización permiten a las empresas adaptar los sistemas a sus demandas operativas únicas, asegurando un rendimiento óptimo y una relación calidad-precio.